- La empresa alicantina Greene Waste to Energy transforma los RSU que no se pueden reciclar en energía, minimiza las tasas de envío a vertedero de residuos y fomenta la economía circular en el tratamiento de residuos urbanos
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El proceso de gasificación patentado en España y el aprovechamiento de los residuos sin posibilidad de reciclaje podrían suministrar electricidad a cuatro millones de viviendas
17 de mayo de 2019.- Las últimas tecnologías y los sistemas de gasificación más modernos del mercado podrían convertir los 17,56 millones de toneladas de basura que se desvían a los vertederos en España cada año a generar energía eléctrica suficiente para cubrir las demandas de las viviendas de toda la Cataluña, según los datos técnicos que ofrece la empresa ilicitana Greene Waste to Energy. Según recuerda el CEO de la empresa, Juan José Hernández, en el Día Mundial del Reciclaje, el objetivo es “seguir incrementando los niveles de reciclaje y reutilización, pero a la vez aprovechar los residuos que no se pueden reciclar para producir energía limpia”.
Se estima que cantidad anual de RSU destinado a vertederos (17,56 millones de toneladas) podría generar energía suficiente para dotar de ella a casi cuatro millones de viviendas, prácticamente el mismo número de las viviendas existentes en la Comunidad de Cataluña que tiene un parque inmobiliario de 3,86 millones.
Esto sería gracias a la tecnología de Greene, cuya tecnología de gasificación cumple con las directrices establecidas por la Unión Europea y que cumple el principio de las cuatro R: reciclar, reducción, reutilización y revalorización energética, y permite trabajar bajo el entorno de los conceptos de economía circular. “Esto se logra con un pionero proceso con el que la basura diaria se trasforma en energía aprovechable en forma de calor, de electricidad y otros productos de alto valor añadido. El proceso de gasificación de Greene está protegido mediante patente mundial y por cada kilo de residuo que procesa obtiene aproximadamente 1 kilovatio de energía eléctrica y más de 1,5 kilovatios de energía térmica”, explicó el máximo responsable de la empresa española que opera en todo el mundo.
En la gasificación, la energía de la materia orgánica se transforma en un gas que puede utilizarse como combustible para la obtención de energía en motores, turbinas de gas o calderas. Las cenizas pueden usarse como material de construcción, fertilizante, o en la fabricación de vidrio, todo ello con un resultado en emisiones a la atmósfera cercano a cero.
La planta de gasificación diseñada por la empresa con sede central en Elche se puede aplicar a pequeña escala puesto que es rentable a partir de pequeñas estaciones (entre 0,5 y 5 MWe). De hecho, la empresa ya ha presentado varios proyectos para poner en marcha esta tecnología en países como Croacia, Chile, México o Irán, además de España.
Para Hernández es importante, que “las administraciones sigan impulsando las labores y los procesos de reciclaje. Pero siempre habrá un porcentaje de residuos que terminan en los vertederos y es ahí donde nuestra tecnología puede ayudar a, por un lado, eliminarlos, y por otro, a generar energía eléctrica limpia gracias a un proceso de gasificación”. Desde su punto de vista, este proceso de valorización no desincentiva el reciclaje, sino que lo complementa, dentro de los más estrictos parámetros de reducción de residuos, recuperación, reciclaje y aprovechamiento.
Para el responsable de Greene, continuar en la senda de enterrar aquello que no somos capaces de reciclar supone un grave atentado contra nuestro territorio a medio y largo plazo, puesto que tiene un impacto severo, y no tiene fin. “Es una solución que depreda territorio sin fin, cada vez que se llena una balsa con residuos se busca otro espacio, y así – si no ponemos en la mesa otras soluciones – hasta que no quede espacio para más”, alertó Hernández.
Sobre Greene
Greene es una empresa que nace en 2011 de la iniciativa de cuatro emprendedores de Elche, químicos, y que en la actualidad cuenta con 20 empleados y el respaldo de un inversor privado de la Comunidad Valenciana. La empresa ofrece al mercado una tecnología madura, eficiente, a costes de inversión muy competitivos y que da respuesta a las necesidades de ayuntamientos, gestores de residuos, explotaciones agrícolas y otras industrias con consumos energéticos (calor y electricidad) elevados que quieren reducir la dependencia del petróleo y sus derivados.
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